Durante 2024, las tarifas de energía en la región Caribe se convirtieron en tema de discusión para usuarios, autoridades gubernamentales y sector energético.
Los incrementos registrados en la región, con alzas de hasta el 500% en algunas facturas, afectaron directamente la economía de miles de habitantes y empresas del territorio. Según datos del Ministerio de Minas y Energía, estos incrementos fueron consecuencia de múltiples factores, incluyendo el déficit financiero de Air-e, una de las principales distribuidoras en la región.
Ante la magnitud del problema, las gobernaciones de Atlántico, Magdalena y La Guajira, hicieron llamados al Gobierno Nacional para buscar soluciones inmediatas. En respuesta, en septiembre de 2024, se concretó la intervención de Air-e por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos, con el objetivo de estabilizar su operación, mejorar la calidad del servicio y, sobre todo, garantizar tarifas más justas.
Sin embargo, algunos congresistas de la oposición, como el senador Carlos Meisel, del Centro Democrático, aseguró a traves de sus plataformas sociales que, a su juicio, el presidente Gustavo Petro ha mostrado un desconocimiento de la realidad de la región.
“Queda en el limbo, y lo único que hay que hacer aquí es seguir trabajando desde lo local para que esto pase rápido y podamos de alguna manera proponer algo distinto al país desde el 2026″, agregó Meisel sobre la crisis tarifaria.
Por su parte, el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, señaló durante la Asamblea Popular por la Democracia Energética que: “lo primero que tenemos que hacer para mejorar la prestación del servicio en la región es tener mayor inversión en infraestructura con asignación de recursos suficientes para modernizar y expandir la red eléctrica especialmente en las zonas rurales y en las zonas de difícil acceso”.
Así mismo, propuso la creación de una mesa técnica que involucre a todos los actores del sector energético, para construir una hoja de ruta eficaz que, además, haga un seguimiento a los planes de inversión de empresas distribuidoras como Afinia y Air-e para asegurar que cumplan los requisitos y fortalecer y garantizar la confiabilidad del sistema.
A finales de 2024, se anunciaron medidas concretas que incluyen la estabilización de las tarifas para el inicio de 2025. Según un comunicado oficial de Air-e, el costo del kilovatio/hora se mantendrá en $907 para enero, lo que representa un alivio frente a los incrementos registrados el año anterior.
Durante el panel «El desafío energético para el 2025: Efectos sociales, políticos y económicos», organizado por el Grupo Prisa, algunos líderes de las empresas y gremios del sector energético concluyeron que podría proyectarse estabilidad para las tarifas de energía en el Caribe colombiano siempre y cuando las empresas, en coordinación con el Gobierno, diseñen estrategias para optimizar los costos de distribución y generación.
Además, se espera que las inversiones en infraestructura eléctrica y las negociaciones del valor de los insumos energéticos, contribuyan a reducir gradualmente los costos para los consumidores.
No obstante, persisten desafíos, como los efectos del fenómeno de El Niño, que afectan a la generación hidroeléctrica; y la dependencia de combustibles fósiles para la generación térmica, lo que podría poner en riesgo la estabilidad tarifaria.
En este sentido, los gremios del sector energético han destacado la importancia de continuar promoviendo las energías renovables como alternativa para diversificar la matriz energética y reducir los costos a largo plazo.
