Carbón: entre la transición energética y su rol como motor económico del país

La producción de carbón sigue representando una fuente clave de empleo y desarrollo económico. Ante retos estructurales, la industria continúa impulsando el crecimiento de la región y su conexión con mercados internacionales.
Carbón: entre la transición energética y su rol como motor económico del país. | Foto: Drummond.

A pesar de los compromisos internacionales para reducir las emisiones de carbono, el Caribe colombiano se mantiene como un epicentro de la producción de carbón. Esta realidad refleja una paradoja que desafía las tendencias globales: mientras se promueve el uso de energías renovables, el consumo mundial de carbón alcanzó un récord histórico en 2023.

“Esto debería extrañar, considerando que estamos en la era de la transición energética”, señala Amat Zuluaga, líder del Observatorio de Transición Energética del Caribe. Sin embargo, explica, el carbón sigue siendo esencial para procesos industriales críticos, como la refinación de minerales, la fabricación de aleaciones metálicas y la producción de tecnologías renovables, incluidos paneles solares y turbinas eólicas.

“Se necesita más que un discurso para sacar al carbón de la matriz energética y, aún más, para sacarlo de la economía colombiana y de las regiones dependientes de ella”, advierte el experto.

Un motor económico en el Caribe

Para el Cesar y La Guajira, el carbón representa más del 40 % del Producto Interno Bruto (PIB) de manera directa, y cerca de un 30 % adicional de forma indirecta en sectores como el comercio, la construcción y la administración pública. Gracias a la extracción del material, estas regiones han atraído profesionales altamente capacitados, posicionándose como referentes en minería a cielo abierto con estándares internacionales.

Por ejemplo, Drummond Ltd., principal productor del mismo en Colombia, reportó la exportación de 30,2 millones de toneladas en 2024, llegando a mercados como Corea del Sur, México, Países Bajos y Japón. La compañía también ha generado un impacto económico significativo en la región, aportando alrededor de 3,7 billones de pesos en regalías, impuestos y contribuciones durante el mismo periodo, además de generar 11.600 empleos directos y 50.000 empleos indirectos.

Compromiso con la transición energética

Aunque el carbón sigue siendo fundamental para la economía de la región, Drummond ha tomado medidas para adaptarse a la transición energética. Desde 2023, la empresa ha implementado una estrategia de descarbonización con tres pilares: reducción de emisiones directas de CO2, compensación de emisiones y gestión de emisiones indirectas en su cadena de suministro. Su meta es lograr una reducción del 30 % de sus emisiones directas para 2030 y alcanzar la carbono-neutralidad en 2050.

Un ejemplo concreto es el Parque Solar Cañahuate I, ubicado en el Cesar. Este proyecto, que abarca 117 hectáreas y cuenta con 112.781 paneles solares bifaciales, tiene una capacidad de generación de 54 MW y cubrirá un tercio de la demanda eléctrica de las operaciones mineras de la compañía. Además, contribuirá a fortalecer la red eléctrica nacional.

Retos y obstáculos en la región

A pesar de los beneficios económicos que ha traído la industria carbonífera, Amat Zuluaga advierte que persisten graves problemas estructurales a nivel territorial. “La corrupción, la falta de planificación y el insuficiente control ciudadano han impedido solucionar necesidades básicas”, señala. Esto, a pesar de los multimillonarios recursos generados por la minería.

Asimismo, la transición energética enfrenta desafíos en términos de empleo. Las energías renovables no ofrecen la misma estabilidad laboral ni la movilidad económica que proporciona la minería del carbón. “Hoy debemos hablar de planes de acción, no de estrategias. Estas se tenían que haber pensado hace 20 años”, afirma el experto, añadiendo que es fundamental convertir a estas regiones en destinos atractivos para la inversión mediante estabilidad jurídica, reglas claras en materia ambiental y comunidades empoderadas.

Diversificación económica: una tarea urgente

Ante esas necesidades, existen iniciativas por parte de privados, precisamente, como Drummond, que ha invertido en proyectos como “Agroemprende Cacao”, en alianza con Socodevi y la Embajada de Canadá. Este busca fortalecer la producción de cacao en el Cesar, beneficiando a más de 100 familias y promoviendo la reconversión económica del territorio.

Zuluaga enfatiza en que el potencial de la región no se limita al carbón. La ubicación geográfica, la mano de obra altamente calificada y la infraestructura existente ofrecen ventajas competitivas para sectores como la agroindustria, el turismo ecológico y la generación de energía a gran escala. “El Cesar y La Guajira tienen grandes potencialidades. Hay que abrir las puertas a la inversión sin tantos obstáculos”, concluye.