Los residuos agroforestales pueden convertirse en una fuente clave para la producción de biometano y otros combustibles sostenibles. Así lo aseguró Ernesto Gutiérrez de Piñeres, CEO de Seynekun, al hablar sobre las oportunidades que el Caribe ofrece en el camino hacia la sostenibilidad energética.
La empresa desarrolla proyectos de energía renovable en Colombia, transformando residuos orgánicos en biogás y biometano, fuentes limpias de energía. Usan materiales como restos de cultivos (plátano, palma, caña) y estiércol para generar este gas, que puede reemplazar al gas natural.
Actualmente, trabajan en regiones como Urabá y Magdalena, apostándole a la reducción de la contaminación y promoviendo el uso de energías sostenibles.
“Las vocaciones productivas del Caribe, como la palma, el banano, la actividad avícola, ganadera y porcina, generan cerca de 10 millones de toneladas anuales de residuos. Estos tienen un enorme potencial para ser transformados en biometano, un gas de origen biogénico con cero emisiones de CO2. Con ellos, podríamos producir más de 150 millones de metros cúbicos de biometano al año”, explica Gutiérrez.
Una oportunidad para la economía circular
El aprovechamiento de estos residuos no solo representa una solución energética; también impulsa la economía circular al tiempo que reduce el impacto ambiental de los desechos.
“La economía circular en la región Caribe es una herramienta poderosa para alcanzar la autosuficiencia energética. Estos residuos, que muchas veces no se aprovechan, pueden ser transformados en combustibles que beneficien tanto a las poblaciones rurales como urbanas, además de generar empleo y desarrollo económico”, afirmó el CEO de Seynekun.
En este contexto, los residuos agroforestales podrían ser clave para desarrollar lo que Gutiérrez de Piñeres denomina “gas social”: un suministro de energía asequible que garantice precios estables y acceso a los estratos 1, 2 y 3, así como a comunidades desconectadas de las grandes redes de distribución.
Apoyo gubernamental y sostenibilidad
A pesar de su potencial, el desarrollo de estas iniciativas requiere del respaldo de políticas nacionales y regionales. Según Gutiérrez de Piñeres, la Ley 1715 de Transición Energética es un marco fundamental, pero no es suficiente. Los gobiernos locales deben tomar un rol más activo para fomentar proyectos de aprovechamiento de residuos.
A pesar de su potencial, el desarrollo de estas iniciativas requiere del respaldo de políticas nacionales y regionales. Según Gutiérrez de Piñeres, la Ley 1715 de Transición Energética es un marco fundamental, pero no es suficiente. Los gobiernos locales deben tomar un rol más activo para fomentar proyectos de aprovechamiento de residuos.
Energía para el transporte público
Los residuos agroforestales, agrega el ejecutivo, también tienen el potencial para transformar el transporte público en la región. “Sistemas como Transcaribe podrían descarbonizarse sin necesidad de electrificar sus flotas, simplemente utilizando biometano en los buses de gas natural. Es el mismo tipo de molécula, pero de origen orgánico y sin emisiones de CO2”, aseguró.
La riqueza en residuos agroforestales, combinada con políticas adecuadas y el compromiso de los actores regionales, es una de las tantas alternativas que tanto el Caribe, como el país pueden llegar a aprovechar en la ruta hacia un modelo energético sostenible y circular.