De cara a las elecciones del 2026, el sector de hidrocarburos en Colombia podría atravesar diversos retos y desafíos, dados los intentos del actual Gobierno por mitigar la extracción de combustibles fósiles. En el panorama político, las reformas ambientales y energéticas, especialmente la propuesta de prohibir el fracking, son materia de controversia.
El presidente Gustavo Petro, desde su campaña, afirmó que cerraría la puerta a esta práctica. Así mismo, iniciativas, como el proyecto de ley que busca prohibirla técnica, junto con la explotación de yacimientos no convencionales en Colombia, lograron avances notables en el Senado de la República, antes de hundirse faltando dos debates en la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes.
Según lo expresó la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad: «no se hunde porque hubo una discusión en la cual los honorables representantes votaron y decidieron hundirlo, situación que hubiese sido legítima y posible, obviamente en el marco de las deliberaciones del Congreso. Se hunde porque el presidente de la Comisión Quinta no lo puso a discusión, pese a que ya contaba con las ponencias”.
Así las cosas, con el respaldo de 82 congresistas de nueve partidos políticos, el proyecto de ley volvió a radicarse, esperando que en la legislatura actual pueda superar los cuatro debates en la Comisión Quinta de Senado y Cámara.
«Es gas y petróleo o es agua, esa es la razón. Es decir, sí, por supuesto que necesitamos soberanía energética pero hay formas de obtenerla, hay innovaciones en eso, hay formas más sostenibles, más sustentables», señaló al respecto el representante del Partido Verde, Duvalier Sánchez, durante la radicación del proyecto.
Desde la oposición, aseguran que prohibir esta práctica pondría en riesgo la seguridad energética del país. El senador del Centro Democrático, Miguel Uribe, afirmó que, a su juicio, esto podría aumentar por lo menos unas 5 veces el precio del gas para los colombianos.
Por su parte, Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), ha expresado la necesidad de un consenso nacional para lograr una transición energética efectiva.
“La transición no es sólo energética, también debe ser económica y social”, afirmó durante la VII Cumbre de Petróleo, Gas y Energía.
El líder gremial agregó que los hidrocarburos aún son fundamentales en la economía del país. Esto se ve reflejado en los 57 billones de pesos que generó el sector durante 2023.
Según la ACP, la inversión en producción de petróleo y gas podría disminuir un 7%, lo que afectaría la capacidad del país para mantener su nivel actual de producción. Pearl afirmó que a finales del 2029, Colombia podría quedarse sin suministro de hidrocarburos.
De igual manera, Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, señaló en entrevista con W Radio que: “la transición energética no implica alejarse completamente de los hidrocarburos, sino apostar por una transformación gradual y sostenible”.
Aunque el Gobierno ha demostrado su intención de diversificar la economía con agricultura, turismo y energías renovables, los proyectos de energías limpias enfrentan retrasos por infraestructura y permisos ambientales, entre otros factores.
Esto estaría obligando a multinacionales como Celsia y Enel a retirar dichos proyectos de los territorios. Es el caso de EDP Renovables, corporación que no continuará con el desarrollo de dos parques eólicos en la Guajira, debido a dichos inconvenientes.
La discusión sobre el futuro del fracking y la industria de hidrocarburos en Colombia continuará siendo un tema clave en la agenda política, buscando un equilibrio entre el medio ambiente, garantizar la seguridad y confiabilidad en el sector energético y el desarrollo económico del país.